miércoles, 16 de julio de 2008

Luces y sombras

Como podéis ver, todos tenemos un lado luminoso y un lado oscuro, yo también. Si hablamos de famosos, como Sabina en España, por nombrar a un cantautor, todos tienen sombras en sus historias. Lo que ocurre es que cuando todo ha pasado, lo malo parece menos malo. Incluso según como se cuenten, pueden parecer hasta historias interesantes, apasionantes. Todos nos hemos imaginado a Sabina viajando en sucios trenes, compartiendo viejos colchones con chicas que se le rinden al paso, “chocando esos cinco” con los quinquis que le reconocían al salir de un fotomatón… Anécdotas que han alimentado muchas de sus canciones y que algunas serán ciertas y otras mera fantasía con la que se juega también para inventar una canción. Ciertas o no, sí es verdad que, como él ha contado, ha tenido sus momentos hasta llegar a ser hoy, si no el mejor, uno de los mejores cantautores por las historias que narra y las descripciones que hace en sus canciones. Y si nos vamos a artistas mundialmente conocidos como Madonna, ¿quién no sabe de sus duros comienzos, de su familia desestructurada, de su relación con el porno…?. Es admirable, ahora todo lo convierte en oro y la llaman “La Ambición Rubia” y posiblemente en sus peores momentos no presagiaría ni lo más mínimo lo que sería después. O puede que sí, porque para llegar a donde ha llegado, a parte de suerte, ha tenido que tener muy claro su objetivo por el que luchar y luchar tanto, hasta conseguirlo
Yo no he pasado por momentos tan duros como Madonna, ni creo que sea justo que se tenga que pagar el precio que algun@s han llegado a pagar para conseguir el éxito. He sufrido desengaños, he sido víctima de alguna injusticia, me han hecho proposiciones que he rechazado con una simple mirada y que me han puesto de mala leche, pero nunca me he sentido “sola ante el peligro” porque en la época en que más vulnerable podía ser, siempre conté con el apoyo y el cariño de los míos y eso es muy importante, sobre todo en el caso de chava@s que empiezan muy jóvenes y muy ávidos de éxito. Si cuento todas estas experiencias, no es porque me crea mejor que nadie, ni porque quiera hacerme la interesante. A todo el mundo no le gusta hablar de sus malas rachas, de sus fracasos. Pero después de los realyties televisivos que he visto, en los que todos hemos podido ver como machacaban a aspirantes a cantante, a modelo, no he podido imaginar lo que tiene que vivir una chica de esas, borracha de “reconocimiento” después de la resaca, cuando ya no quede nada. Rosa, de la 1ª OPERACIÓN TRIUNFO, si mal no recuerdo, fue la primera víctima conocida de aquello. Creo recordar que sufrió no sólo de problemas físicos con sus cuerdas vocales, sino también psicológicos. Supongo que habrá más como ella y peores, como supongo que ya firmarían sobre qué cosas no podrían hablar nunca… Sería interesante oírles hablar…
He conocido a gente que lo ha pasado mal por el éxito, a gente con trágico final porque no supieron encajar lo que se les venía encima; cuando triunfaban se creían los mejores y cuando el momento se pasaba no podían soportarlo. Conocí hace poco a un chaval en la red, que estaba haciendo sus pinitos en la música, que me decía que sus padres le regañaban porque los estudios los tenía un poco aparcados con tanta ilusión. Le dije que la ilusión no había que perderla, pero que como era tan jóven, no debía descuidar otras cosas, que tampoco debía perder el Norte.
Este año, en Agosto cumpliré 25 años de seguir en el empeño, 25 años componiendo, pisando escenarios… No terminó todo tras aquel viaje a Madrid, ni con los días de soledad del último año que viví en Albacete, ciudad en la que estuve siete años y en la que maduré mis mejores y mis peores momentos y en la que toqué fondo también. Pero dice el refrán que “no hay mal que cien años dure”. Me convertí en cenizas para resurgir de ellas, como el Ave Fénix. Pero eso os lo contaré otro día; dos niños hambrientos me esperan para salir a merendar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

animo sigue tu camino.