sábado, 15 de marzo de 2008

XI, Murcia Joven 1º Premio y polemica

El “MURCIA JÓVEN” era el concurso más importante que había a nivel regional. Tenía diferentes apartados, artes plásticas (pintura, escultura), literatura, comics fotografía, música (polifonía, rock, folk, canción de autor) … Ahora no sé cómo anda ese tema, pero cuando yo me presenté, por la modalidad de “canción de autor”, era un concurso con cierto prestigio. Si ganabas el primer premio, te daban un trofeo, un diploma muy bonito, cien mil de las antiguas pesetas para que pudieras invertirlas en una maqueta, en comprar un instrumento, o en lo que quisieras, te daban la oportunidad de representar a Murcia en un certámen nacional, al que iban los ganadores de cada comunidad autónoma. Además el diploma mencionado junto con el cheque, lo recogías de manos del Presidente de la Comunidad Autónoma en una recepción a la que éramos invitados los ganadores de cada apartado, en el Palacio de San Esteban, con aperitivo incluido. Editaron, algunos años después de ganarlo yo, un libro con fotos de todos los ganadores en el período 1984 – 1990 en el que también tengo la suerte de estar como ganadora en el 87. Como comprenderéis, todo esto hacía de este un concurso muy especial, del cual me siento orgullosa de haber ganado, aunque como algunas de las cosas que hago, mi actuación no estuvo exenta de polémica, ni dejó indiferente a nadie…
Como conté en el episodio anterior, tenía una maqueta grabada en los Estudios Clips de Molina de Segura, que capitaneaba Santos. Éste me puso en contacto con unos músicos de Jazz, con los que hablé para que tocasen conmigo las canciones que iba a presentar en directo al MURCIA JÓVEN, que tendría lugar en Alhama de Murcia, en un recinto al aire libre. Antes hicimos un trato: si ganaba, repartiría el premio con ellos y si no, no me cobrarían nada. Era primavera, no recuerdo qué día del mes de Abril. Esta época del año suele ser climatológicamente inestable y ocurrió lo que tenía que ocurrir. Unos días antes del señalado como día del concurso, hubo temporal con mucho viento que deterioró los decorados del recinto, que como dije, estaba al aire libre, de modo que tuvo que aplazarse todo hasta un par de semanas después. Y ocurrió que la nueva fecha le coincidía a los músicos que me iban a acompañar con un concierto que ellos tenían ya programado en otro sitio. Como acordaron que me acompañarían gratis, salvo que yo ganara, y no era seguro que eso fuera a ser así, optaron lógicamente por su concierto, en el que sí cobraban. Estas cosas pasan y bueno opté por presentarme de igual modo. Como tenía la música enlatada, sólo la música, de las canciones a interpretar, mi padre y yo decidimos llevarla y exponerle el caso al jurado. Si les parecía bien, actuaría con la música en playback y la voz en directo, si no pues las cantaría como siempre con la guitarra y punto. Pero el jurado, escuchando el playback previamente, no puso objeción alguna. Primero porque las bases no preveían nada sobre un caso así y segundo, porque actuar así es aún más difícil, ya que tú tienes que ir clavada con la música, no como cuando hay músicos, que pueden ajustarse a ti en caso de un desatino. Y así actué, música enlatada y voz en directo. Hubo un grupo que también llevaban enlatados algunos elementos de percusión, en una caja de ritmos, que les dio problemas por cierto, provocando desajustes entre los músicos. De hecho el jurado les dio un par de oportunidades para comenzar la actuación, pero finalmente aquello no les funcionó. Y creo que fueron ellos quienes pusieron el grito en el cielo cuando me proclamaron ganadora, tras una actuación impecable, según el mismo jurado. Años después conocí a uno de los miembros de dicho jurado y me dijo que por ganar yo el premio, pasó miedo, porque llegó a pensar que de allí no iban a salir enteros ,dada la que se armó. Claro que lo que esta persona no sabe, es que esa gente pasado todo, se hicieron “amigos” míos y me estafaron unas pelas con una maqueta que grabé en el estudio que tenía uno de ellos, cuando no cumplió, su palabra en las cosas que de palabra teníamos acordadas. Y es que mi padre, que como yo, nunca ha tenido ni visto mala intención, les pagaba por adelantado, para tenerles contentos, bueno, más bien tenerle, porque el cabeza pensante de todo aquello fue solo uno, no sé si el resto, que eran familia, sabían qué tramaba. Tampoco es que la cosa fuera grave, pero no nos dio las partituras de los arreglos que ya se habían pagado ni llegó a ser nada como el nos lo pintaba cuando me propuso hacerme arreglos, porque dicho sea que aquella idea partió de esa persona. Pero volviendo al tema del MURCIA JÓVEN, el caso es que lo gané. A día de hoy creo que sigo siendo la única mujer que lo tiene como cantautora, cosa que me enorgullece aunque no me sirva nada más que para contárselo a mis hijos, o a mis nietos cuando los tenga. Y es que estas cosas no te pasan todos los días…
Pasadas unas semanas del concurso el Presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia, que entonces era D. Carlos Collado Mena, nos recibía a todos los ganadores en el Palacio de San Esteban. Fue algo muy bonito que te hacía sentir muy especial. Recibí el premio oficial de sus manos , como el resto, y luego nos agasajaron con un aperitivo informal en el que todos charlamos unos con otros. Fue una experiencia que me motivó sin duda a seguir trabajando, a seguir superándome y que me brindó además la oportunidad de representar a Murcia en lo que sin duda sería otra experiencia inolvidable, en Octubre de ese mismo año en Jaén, el CERTAMEN NACIONAL DE CANCIÓN DE AUTOR.

martes, 4 de marzo de 2008

Memorias capitulo X

Después de aquel momento mágico, se me abrieron muchas puertas, unas solas, como la invitación que Tele-Murcia me hizo a su programa “Cuaderno de Notas” en el que, además de la entrevista que me hizo Griselda Díaz, canté una canción. Otras puertas se abrieron cuando yo me acerqué a ellas y “giré el pomo”, como las de algunos ayuntamientos y entidades como la entonces Caja de Alicante y Murcia, que me ofrecieron contratos para sus fiestas y aulas de cultura. Mi actuación con Aute supuso una magnífica tarjeta de presentación, que siempre he utilizado con la mejor de las intenciones. Con el dinero que iba ganando, me compré una mesita de sonido, de seis canales, una “Talmus”. De este modo mi padre, que era mi manager, facilitaba mis contrataciones diciendo que en el caché, iba incluído el equipo de sonido; vamos, que lo llevábamos todo y nadie tenía que molestarse en buscarnos y pagarnos técnicos, ni nada. Mi padre, además de manager, también hacía las veces de técnico de sonido, cosa con la que, dicho sea de paso, sufría mucho por la seriedad con la que siempre se ha tomado las cosas. Con ese dinero, también grabamos mi primera maqueta. Fue en los Estudios Clips de Molina de Segura. Los llevaba Antonio Santos, al que conocimos porque tenía en esa localidad una tienda de instrumentos musicales, en la que compramos mi primera guitarra, no sé si también la mesa Talmus. No sé cómo se estrechó la relación entre él y mi padre pero terminamos conociendo al ex- pianista de la Orquesta Casablanca, Ramón Climent, que sería quien me hiciera los arreglos musicales, y grabando en los mencionados estudios con Santos, mi primera maqueta. Aquello fue toda una experiencia: por primera vez mis canciones sonaban con violines, guitarras, percusión… ¡ Menudo cambio daban orquestadas!. Hoy sin embargo, mirando aquella aventura desde lejos, me doy cuenta del estrés y de la rapidez con que viví todo aquello. Apenas podía opinar sobre lo que se hacía con mis canciones. Climent trabajaba muy bien y tenía los mejores medios tecnológicos que se pudieran tener entonces. Yo le grababa en una cassette, que él se llevaba a casa, mis canciones. Cuando él tenía algo elaborado sobre dos ó tres, nos llamaba y nos íbamos a su casa, que estaba, si mal no recuerdo en una carretera yendo hacia Mazarrón, no estaba a la vuelta de la esquina, vamos. Era muy amable, nos invitaba a tomar algo y luego escuchábamos lo que había compuesto. Como de primeras, suponía ya un gran cambio, alucinábamos, sobre todo mi padre, que a veces no entendía que algunas cosa no me gustaran, no porque no estuvieran bien hechas, sino porque para mí, a veces una canción podía perder parte de lo que transmitía al desnudo, el sentimiento. El caso es que esa falta de entendimiento entre mi padre y yo nos llevaba a discutir y a hacerme sentir mal, como si menospreciara el trabajo de aquel hombre experto, y lo que era más importante, la ayuda y el sacrifico que mi padre hacía por mí. Tenía yo entonces apenas dieciocho años y ningún estudio ni experiencia musical. ¿Cómo entender que una ignorante como yo, tuviera algo que objetar ante un músico de la talla de Climent?. Finalmente terminamos la maqueta. Trabajamos duro, era verano y hacía mucho calor en el estudio. Paco López, un profesor de guitarra, músico del mejor grupo pop que ha tenido Cieza, hasta ahora, “Los Jaguars”, colaboró con su guitarra en algunas canciones, lo que las humanizaba, dado que todos los instrumentos, eran artificiales. Todos vivimos momentos de gran emoción. Santos se quedaba como hechizado siempre que escuchaba uno de los temas “Que yo te sigo amando”, y siempre decía: -¡Qué bolerazo!...-. Y con aquella maqueta y las fotos del concierto con Aute, y las que iba añadiendo al dossier de presentación, me iba abriendo camino , consiguiendo más contratos. Entonces en proporción a hoy en día, se ganaba más. Con un primer premio te podías llevar cincuenta mil pesetas de entonces, y por un recital ochenta mil. Mi padre nunca quería nada, me lo ingresaba en un plazo fijo, a menos que me propusiera invertirlo en material de sonido o en hacer unos pósters, como de hecho hicimos, pues era otra cosa que te facilitaba las contrataciones; él sabía mucho de eso. Por supuesto, continué presentándome a concursos y ganando algunos premios. Pero de todos los que gané posteriormente, el más importante fue el MURCIA JÓVEN, importante tanto en lo económico como en la proyección que te daba, si sabes aprovecharlo bien como todo, en mi caso.