miércoles, 17 de julio de 2013

Y ASÍ CULMINÉ UN SUEÑO: MARÍA ESPERANZA Y AUTE, PARA EL RECUERDO

No tengo palabras para describir lo que sentí aquella noche. En la vida de las personas, hay recuerdos que se evocan como especialmente felices y éste siempre será uno de ellos, de los más importantes de mi vida, tanto en lo personal, como en lo profesional. Me acompañaron:

Carlo Campagnolo a la percusión. A Carlo le conocí en Alicante , participó en la grabación de mi disco “Gestando un sueño”. Desde entonces, nos hicimos inseparables musicalmente hablando a la vez que fraguamos una bonita amistad.

Daniel Rojas a los teclados. De Cieza, como yo, me acompañó desinteresadamente en el concierto que dí el año anterior, también para la Semana Grande de CajaMurcia. Busqué entre diferentes músicos profesionales de mi localidad, a quien quisiese acompañarme para un tema de Serrat. Pero en mi localidad nunca me fué fácil encontrar colaboradores. A Daniel me lo presentó un amigo común, Pedro Crespo, a quien aprecio enormemente. Compartimos escenario alguna vez mas.

Francisco García Alcázar. Un honor ser acompañada por un músico de la valía que él tiene. Director de diferentes bandas de música, compositor,amigo y colaborador de Manolo García (El último de la fila) en varios de sus trabajos discográficos… Un lujo poder contar con él. Se ofreció desinteresadamente, una mañana que, hablando conmigo por teléfono, captó la gran preocupación que tenía, al encontrarme sin guitarrista a un mes escaso el concierto. Fue ese rayo de luz que uno encuentra en la oscuridad…

Juanma, mi marido a quien le estaré siempre inmensamente agradecida, ejerció de maestro de ceremonias. Controló a la perfección cada detalle. De esa manera yo pude disfrutar del momento a tope, confiada y relajada.

En la iluminación y sonido Arena-Servicios. Kiko nos montó un escenario espectacular.

Ginés, el encargado de la iluminación del Aurelio Guirao, también fue muy atento con nosotros.

El Auditorio Aurelio Guirao estaba repleto. Las personas que a las duras y a las maduras habían estado a mi lado, estaban ahora ahí, viviendo un momento mágico, único e irrepetible. Habían apostado por mí y nada me hacía más feliz que compartir con ellas ese momento de gloria. El público disfrutó en sus asientos de un concierto lleno de momentos emotivos. Nosotros en el escenario también disfrutamos. Hasta Paco (Francisco García A.) dijo una y otra vez que era la única vez que había disfrutado tocando…

Luis Eduardo Aute fue recibido calurosamente. No había vuelto a actuar en Cieza desde 1984, año en que presentaba su disco “Cuerpo a Cuerpo”. Se cumplían 25 años de aquella noche. Yo tenía la edad que él tenía entonces, cuando me subió a su escenario. Nos deleitó con algunas de sus canciones a mitad de mi concierto y juntos interpretamos “Sin tu latido”, “Queda la música” y un improvisado “Al alba” a capella…

Ya después del concierto, cenamos todos juntos. El ambiente entre nosotros era familiar, distendido y relajado. Todos tenían en el rostro una expresión de felicidad y yo me sentía enormemente feliz por ellos. Mi sueño se había cumplido.

 

Agradecimientos: siempre llevaré conmigo el recuerdo de las personas que me apoyaron incondicionalmente, el recuerdo de las pesonas que creyeron y apostaron por mí. Gracias a:

Equipo de Tele-Red Cieza, TVE-Murcia y Televisión Murciana, Excmo. Ayto. de Cieza. CajaMurcia ( Pascuala de Cieza, Tomás Alburquerque, Carmen Riera, Luis Roldán …),La Verdad  y La Opinión de Murcia, RNE (Martín Noguerol ,Carlos Tena), Pedro Crespo. Gracias a muchas personas que seguro, me dejo en el tintero. Gracias a Luis Eduardo Aute. Y en especial gracias a mis padres, mi marido y mis hijos, que éstos, siendo pequeños, se portaron de maravilla y me lo hicieron todo más fácil. Un beso a todos.

A mi público, gracias siempre por estar ahí, sin vosotros ésto no tendría sentido.

 Un fuerte abrazo.

                                  María Esperanza

CONTAR CON LUIS EDUARDO AUTE COMO ARTISTA INVITADO 2ª Parte

Aquella noche, fue una noche entrañable, cuando podía, Luis Eduardo me hacía un gesto con la mano para que me sentase junto a él y así íbamos charlando a ratitos. Yo no quería que nadie se sintiese desplazado, o que alguien se ofendiese porque Aute y yo charlásemos más dela cuenta. Aún así hubo quien en dos ocasiones me dijo :”-Oye, que yo estaba aquí…” Como si yo pretendiese quitarle el sitio a nadie,¡ nada más lejos de mi intención!. Pero os cuento esto para que veáis con cuánto tacto hay que andar a veces, nunca me ha gustado levantar suspicacias, no creo que eso sea nada bueno. Y si lo he hecho, desde luego que ha sido sin intención. Bueno, la cuestión es que al final me pidió, que la próxima vez que pensara en invitarle, se lo dijese.

Ya en casa Juanma y yo seguíamos hablando de todo lo acontecido en esa noche. Por supuesto, después de tanta emoción, se me hacía imposible dormir. Las palabras de Aute me venían una y otra vez a la cabeza. Un concierto con él… ¿Dónde, cómo, cuando…? Era el mes de Marzo, si quería plantear una actuación con él a CajaMurcia, por ejemplo, tendría que decidirme pronto, antes de que cerrasen la programación para Octubre de La Semana Grande… Así pasé dos noches en vela, pensando, hasta que me decidí a contarle a Juanma lo que llevaba rondándome la cabeza desde entonces. Juanma me animó a llamar a Luis Eduardo , quien no dudó en decirme que sí.

Una vez que Luis Eduardo y yo tuvimos claro lo que yo quería hacer, me entrevisté con mi querida Carmen Riera, a la que le agradezco todas las oportunidades que me ha brindado para diferentes programaciones culturales.¡¡¡ Al principio ella no daba crédito a lo que le estaba contando, ja,ja,ja!!! . Es lógico. Le proponía hacer un concierto en el que tendría como ARTISTA INVITADO al mismísimo LUIS EDUARDO AUTE. De hecho la representante de Luis Eduardo, tuvo que confirmarle que lo que yo le planteaba, contaba con la aprobación del consagrado artista. Y Carmen fue maravillosa, proporcionándome todos los medios necesarios para dar forma a lo que soñaba hacer.

 Aún así no fue fácil tarea. Reunir músicos, ensayar, unas veces en Cieza  y otras muchas fuera y salir al paso de complicaciones que me iban surgiendo. Un mes antes del concierto me falló el guitarrista principal. ¡Había que encontrar un virtuoso que se aprendiese el concierto en menos de un mes! Y fue mi querido y admirado D. Francisco García Alcázar, Director de la Escuela de Música de Cieza y de la Banda Municipal de Caravaca de la Cruz, quien me sacó de apuros en el último momento, con el acompañamiento de guitarra. Tres días antes del concierto, en el trabajo un usuario me lastimó un dedo en la mano izquierda, que tuvieron que entablillarme. ¡Yo tocaba la guitarra en todo el concierto!. Ahora me río,¡ja,ja,ja!... Pero no os podéis imaginar la responsabilidad tan grande que tenía con todo aquello…

Quince días antes, las entradas para el concierto se habían agotado.

CUMPLIR UN SUEÑO: CONTAR CON LUIS EDUARDO AUTE COMO ARTISTA INVITADO. 1ª Parte

Desde que Luis Eduardo Aute me brindase la  oportunidad de cantar en su escenario, en 1984 en la Plaza de Toros de Cieza, tal y como le dije aquella noche, “tendría con él una deuda pendiente”. Que él me invitase a cantar, fue para mí lo que hubiese sido para un aficionado a la pintura, que Picasso (por citar un pintor muy famoso) le hubiese regalado sus pinceles y sus lienzos. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que posiblemente a ese aficionado a la pintura, le habría hecho gran ilusión crear un dibujo maravilloso, con ese lienzo y esos pinceles regalados. Y que seguramente le habría supuesto un gran placer, poder regalar ese dibujo a su admirado pintor y poder decirle :”- …Mira, lo que he hecho con las pinturas que tú me regalaste”…-

Pues algo así quería hacer yo con mi querido Aute, pero con la música… ¿Cómo…? Yo quería demostrarle que su gesto no había caído en terreno baldío. Quería que fuese él ahora mi invitado y hacerle los honores. Pero para ello, tendría que esforzarme mucho, ser al menos un poco conocida para que mi humilde escenario fuese digno de una presencia como la suya… Y así me fui creando mi película. Así fui alimentando un sueño, una ilusión poquito a poquito, durante 25 años. Fueron años de cantar a solas con mi guitarra, de premios, de cantar en grupo, de grabar maquetas, de altos y bajos, siempre persiguiendo el mismo sueño: invitar a Aute a uno de mis conciertos y rendirle así un homenaje lleno de gratitud y cariño, por cuanto él me había dado en la noche del 25 de Agosto del 84, sin saberlo…

Durante ese tiempo transcurrido Aute y yo nos carteamos alguna vez y tuvimos oportunidad de vernos y charlar en varias ocasiones. Pero nunca le hablé de mi sueño hasta en 2009. La Asociación De Cantautores de Murcia (A.M.C.A) organizó una noche temática sobre él . Aute vino a Murcia al Paraninfo de la Universidad, nos leyó y comentó poemas del libro que acababa de sacar, Animalhadas y Animalhitos y luego en Zalacaín, un café de Murcia, diferentes miembros de la  Asociación interpretarían para él versiones de sus canciones. Me acerqué a saludarle tímidamente, al terminar la presentación de su libro. Enseguida me abrazó, saludó a Juanma, ya mi marido, y entre otras cosas me preguntó qué tal me iba en la música. Yo le comenté que, el año anterior había actuado para la Semana Grande  de CajaMurcia para celebrar mis 25 años de trayectoria musical. Que había pensado en invitarle y que al final no lo hice…. Aute , poniendo sus manos sobre mis hombros me preguntó:-“¿Y por qué no lo hiciste…?”-

martes, 30 de septiembre de 2008

La fuerza del destino

Si váis leyendo toda la historia, desde el principio, podréis caer en la cuenta, como también yo he caído releyéndola, de que existe un destino. Yo no creía antes en eso, pero no he tenido más remedio que aceptar, que existe algo que tan pronto te pone las cosas en el camino como te las quita. ¿ Por qué?. Pues obviamente porque, en mi caso, tenía otra cosa para mí, lo que tengo ahora: mi propia familia, una vida tranquila en mi pueblo, en el que ahora me encuentro muy a gusto, una plaza de funcionaria que me da mayor seguridad y que me permite seguir dedicando tiempo a mi pasión por la música. Desde luego que seguro que no terminará todo aquí. Y en cuanto a la música, no sé a dónde me llevará el destino. Puedo decir que a veces he estado a punto de mandarlo todo al cuerno, pero entonces justo en ese momento, me sale alguna actuación, algún compromiso que me hace “subirme al carro de nuevo”. Y ya no pierdo el tiempo en averiguar por qué las cosas suceden así; simplemente suceden y las vivo. Sólo al final de nuestros días, con un poco de suerte, podremos sacar algunas conclusiones. Pero es inútil buscar la respuesta en el momento.
Tocando fondo fue como regresé a mi lugar de origen, Cieza. Volver a empezar no fue fácil. No puedo decir que tuviera verdaderas amigas, las que circunstancialmente tenía al irme a Albacete, también vivían fuera o tenían pareja. No tenía trabajo ni la libertad de movimiento que había tenido. Volvía a vivir con mis padres viniendo de la independencia, a una edad en la que debería ser independiente. De música, ni hablamos. Yo, era una chica de unos 26, 27 años, que a mi entender, y para los esfuerzos que había hecho en tantas cosas, no cumplía ninguna expectativa. Fué una situación frustrante que duró algo más de un año. Pero el destino volvió a acordarse de mí y después de tenerme como en un paréntesis, empezó a darme “movimiento”. Así puso en mi camino a un chico de Cieza, que no había visto en mi vida, que no pertenecía a mi generación, ni tenía relación con música o espectáculo. El sí sabía quien era yo, aunque ya no cantaba cuando nos conocimos. Era muy tímido y me decía que si alguna vez volvía a cantar, no sabía si llevaría bien lo de salir con una chica conocida. Pero dice el refrán, que “ si naciste para martillo del cielo te caen los clavos”. Así que la TV. Local, me pidió que cantase para la grabación del programa de fin de año, en un aula cultural. Fue entonces cuando me escuchó el responsable del aula, contratándome para una actuación con Caja Murcia. Juanma, el chico de quien hablaba, que ahora es mi marido, me animó a seguir cantando pues , a su juicio, lo hacía bien y no le avergonzaba para nada. Mas tarde me llevaría a conocer locales en Murcia como “La Puerta Falsa”, en los que actué. También me animó a presentarme a un certamen regional , que el Ayuntamiento de Ceutí organizaba por 1ª vez, “CANTIGAS DE MAYO”. Daban como premio la posibilidad de grabar un disco a siete seleccionados; y ahí estuve yo, siendo la única mujer del disco, del que el diario “LA OPINIÖN” repartió 25.000 copias, creo… Por aquel certamen, se creó la Asociación de Cantautores de la Región de Murcia, de la que junto a compañeros inolvidables como Jesús Cutillas, Pedro Rosique o Francisco José Tomás, entre otros, fui miembro fundador, compartiendo con ellos actividades culturales y buenos momentos…
Y así he seguido haciendo cosas hasta el día de hoy, en el que me encuentro celebrando mis 25 años de trayectoria musical, cantando y viviendo nuevas aventuras que espero seguir compartiendo con vosotros, si el destino me lo permite. Y es que el destino…existe , aunque no sepamos qué nos depara.

martes, 9 de septiembre de 2008

Tocar fondo

He mencionado que viví en Albacete, casi siete años… Los tres primeros fueron los mas bonitos, en todos los aspectos. Me ví allí, por una de esas carambolas que te hace el destino, estudiando Magisterio. Me adapté al momento, fui a vivir con unas chicas a las que no conocía de nada pues lo mío hubiese sido ir a estudiar a Murcia y haber buscado un piso con mis compañeras de instituto y todo eso. Pero quiso la vida que estudiase en un lugar que no conocía de nada. Mis compañeras de piso, que eran todas de Hellín y se conocían, eran majísimas. Y en esos años, con ellas compartiría anécdotas de éxitos, las canciones nuevas que iba componiendo, ensayos, mi primera grabación… Al año de estar allí, surgió mi primer concierto. Fue para la Escuela de Magisterio dentro de unas actividades culturales que se programaron. Nunca ví en las amigas de mi pueblo la ilusión que tenían aquellas compañeras de piso por verme cantar. Me vestí con ropa que ellas me dejaron para la ocasión, aún recuerdo la alegría que se respiraba en el piso aquella tarde de invierno, muy fría por cierto. Allí también me enamoré y quiso el destino que no fuese de un chico cualquiera. José Miguel estudiaba también Magisterio, dándose además la casualidad de que junto con sus hermanos, ponía focos en algún que otro evento. Ellos pusieron aquella tarde el toque de luz y color, que hizo que el Salón de Actos tuviese un escenario bonito. Un profesor sugirió que colocasen también unos macetones que tenía en su despacho, en los extremos del escenario. Es un gozo sentir que se transmite ilusión a otros, porque esa ilusión de los otros alimenta a la vez la mía. El concierto fue un éxito. Teresa, la profesora de Pedagogía, nos invitó después a tomar unas tapas al grupo de amigos que nos juntamos al final…
En el piso mis compañeras, que eran como hermanas, eran las primeras en escuchar los temas que componía. Digo esto porque en mi casa siempre fui muy reservada para eso, de hecho de no haber sido por lo que os conté de Aute en uno de los primeros capítulos, en mi casa no se habrían enterado de este hobbie hasta sabe Dios cuando. Así que en aquel piso compuse la mayor parte de las canciones de mi primer disco, como “A los Hijos del Asfalto”, “La obra mas bella”, “Que yo te sigo amando”… Quiso el destino también que paralelamente a mi carrera musical, fuese creciendo la de José Miguel y sus hermanos con los focos, y que lo que empezó como una diversión se convirtiera en una empresa que llegó a iluminar a artistas como Alfredo Kraus , quien les felicitó por el trabajo que hicieron en un concierto que dio en la Feria de Albacete. Ellos iluminaron el concierto que dí en la Plaza de España en Cieza, por Feria. Fue en Agosto del 88, uno de los mas importantes que he dado aquí, por el recinto, el público y porque sería yo la artista contratada para cerrar la última noche de las Fiestas Patronales. Como nadie es profeta en su tierra, dijeron de mí algunas malas lenguas que yo iba de especial por ponerme los focos aquellos tan chulos, una empresa de fuera. No sabían esas lenguas que a los de los focos y a mí, nos unía otra relación que iba más allá de lo profesional, aunque años después, por otro capricho del destino, aquella relación quedase sólo para el recuerdo. El caso es que viví y compartí mis mejores momentos con gente estupenda a la que nunca olvidaré. Según he sabido después, aquella empresa de iluminación, que empezó llamándose Fase Tres y después Onda Tres porque se unió a la de sonido Triple Onda, terminó disolviéndose porque los hermanos que la llevaban consiguieron buenos trabajos estables, aunque llegaron a forjar una gran empresa, por la calidad y la envergadura de sus trabajos. Pero quien esté en este mundo sabrá que es un trabajo muy bonito y muy sacrificado , de terminar tardísimo, viajar mucho y de noche… Así que con el tiempo lo dejaron. Aunque antes de que aquellas aventuras terminaran, compartimos pruebas con material nuevo, algunos montajes como el de Alfredo Kraus, para el que buscamos por todas las tiendas de Albacete metros y metros de una tela negra para hacer el telón de fondo del escenario, y otras anécdotas.
Si no hay mal que cien años dure, tampoco hay bien que dure cien años, y como todo, aquellos años fueron yendo a menos poco a poco. No sabría decir el porqué, simplemente sucedía. Al arraigarme tanto en Albacete, no desarrollé curiosidad por conocer Murcia. No sé como sería por los ochenta, pero seguro que tenía otra movida, ya que Albacete entonces era una ciudad que parecía más un pueblo grande, carente del ambiente universitario de Murcia. Por aquella época no era la canción de autor lo que mas se oía, sino el conocido pop -rock de los 80 con Olé-Olé, Aereolíneas Federales, Hombres G, Los Toreros Muertos… De hecho, en algunos de los concursos a los que fui, no existía la modalidad de Canción de Autor como tal; a lo que yo hacía se le llamaba Folk. Sí que fue por entonces lo de Aute y su “Cuerpo a cuerpo”, pero esta es una canción que no es de multitudes. Así que no sé si habría circuitos y locales para tocar, porque como tampoco tenía coche, ni edad para irme con él a conocer sitios y cuando iba a cantar lo hacía para ayuntamientos, pues no sé si me perdí otra forma de hacer conciertos, forma que conocería años después cuando me estableciera en Murcia. El caso es que muy enamorada y feliz con la vida que llevaba y las amistades que tenía, me desentendí de mi tierra, hasta que pasados unos cinco años, me encontré en un piso que ya no era aquel piso alegre, con unas compañeras que nada tenían que ver con aquellas que, una vez terminada la carrera se marcharon. Con un novio que no tenía claro si éramos novios o amigos con derecho a roce, a pesar de los años que compartimos, y con unos sueños que se desvanecían porque ya no los alimentaba. Allí no había locales en los que hacer algo de vez en cuando. Mi padre que había sido mi manager se había desentendido porque esto le estresaba mucho, y como él había puesto mucho esfuerzo en cosas que luego quedaron en nada, como lo de aquel viaje a Madrid, pues quería que se me fuera pasando la cosa. Siendo una chica, tampoco gozaba de una total libertad de movimientos; de hecho no me saqué el carnet de conducir hasta los veinticinco años, porque mi padre decía que “ a dónde iba una señorita soltera con coche”, una frase burlona con la que quería enmascarar el miedo, comprensible, que un padre tiene de ver a su hija “volar”. Ni siquiera el novio de entonces, gozaba de esa libertad total, pues para ser un chico, coger un coche para ir de Albacete a Cieza a verme en vacaciones le suponía un disgusto en su casa. La cuestión es que era otra época y no sé si fue por todo o por nada que todo se desmoronó como un castillo de naipes. Para colmo de males tuvieron que operarme dos veces por artrosis prematura en las rodillas. Al intubarme para la anestesia en la segunda operación , debí sufrir alguna lesión de laringe que me impedía cantar bien y que me producía muchas molestias. Aquello sería el remate para abandonar. Había terminado todos los estudios que cursé, tenía un trabajo en una clínica dental en la que echaba once y doce horas muchos días, cobrando cuarenta y cinco mil pesetas y sin cotizar a la Seguridad Social. Sin pareja ni amigos ya no tenía sentido seguir allí. Así fue como toqué fondo y así fue también como tomé fuerzas para subir a la superficie.

Volver a mi pueblo fue difícil. Las amistades que pudiera haber tenido alguna vez eran casi inexistentes. Unas porque tal vez nunca lo fueron; otras porque como yo, se fueron y volvían ocasionalmente. Las que no se marcharon iban a casarse y a llevar otra vida. Y es duro volver y encontrarte descolocada, sin amigos de verdad, sin empleo, en casa de nuevo con unos padres que quieren disimular que no te controlan, en un pueblo donde no era una desconocida, pero donde precisamente por eso, la gente se hace de ti unas ideas, que hay que ver lo que cuesta luego desmontarlas.

miércoles, 16 de julio de 2008

Luces y sombras

Como podéis ver, todos tenemos un lado luminoso y un lado oscuro, yo también. Si hablamos de famosos, como Sabina en España, por nombrar a un cantautor, todos tienen sombras en sus historias. Lo que ocurre es que cuando todo ha pasado, lo malo parece menos malo. Incluso según como se cuenten, pueden parecer hasta historias interesantes, apasionantes. Todos nos hemos imaginado a Sabina viajando en sucios trenes, compartiendo viejos colchones con chicas que se le rinden al paso, “chocando esos cinco” con los quinquis que le reconocían al salir de un fotomatón… Anécdotas que han alimentado muchas de sus canciones y que algunas serán ciertas y otras mera fantasía con la que se juega también para inventar una canción. Ciertas o no, sí es verdad que, como él ha contado, ha tenido sus momentos hasta llegar a ser hoy, si no el mejor, uno de los mejores cantautores por las historias que narra y las descripciones que hace en sus canciones. Y si nos vamos a artistas mundialmente conocidos como Madonna, ¿quién no sabe de sus duros comienzos, de su familia desestructurada, de su relación con el porno…?. Es admirable, ahora todo lo convierte en oro y la llaman “La Ambición Rubia” y posiblemente en sus peores momentos no presagiaría ni lo más mínimo lo que sería después. O puede que sí, porque para llegar a donde ha llegado, a parte de suerte, ha tenido que tener muy claro su objetivo por el que luchar y luchar tanto, hasta conseguirlo
Yo no he pasado por momentos tan duros como Madonna, ni creo que sea justo que se tenga que pagar el precio que algun@s han llegado a pagar para conseguir el éxito. He sufrido desengaños, he sido víctima de alguna injusticia, me han hecho proposiciones que he rechazado con una simple mirada y que me han puesto de mala leche, pero nunca me he sentido “sola ante el peligro” porque en la época en que más vulnerable podía ser, siempre conté con el apoyo y el cariño de los míos y eso es muy importante, sobre todo en el caso de chava@s que empiezan muy jóvenes y muy ávidos de éxito. Si cuento todas estas experiencias, no es porque me crea mejor que nadie, ni porque quiera hacerme la interesante. A todo el mundo no le gusta hablar de sus malas rachas, de sus fracasos. Pero después de los realyties televisivos que he visto, en los que todos hemos podido ver como machacaban a aspirantes a cantante, a modelo, no he podido imaginar lo que tiene que vivir una chica de esas, borracha de “reconocimiento” después de la resaca, cuando ya no quede nada. Rosa, de la 1ª OPERACIÓN TRIUNFO, si mal no recuerdo, fue la primera víctima conocida de aquello. Creo recordar que sufrió no sólo de problemas físicos con sus cuerdas vocales, sino también psicológicos. Supongo que habrá más como ella y peores, como supongo que ya firmarían sobre qué cosas no podrían hablar nunca… Sería interesante oírles hablar…
He conocido a gente que lo ha pasado mal por el éxito, a gente con trágico final porque no supieron encajar lo que se les venía encima; cuando triunfaban se creían los mejores y cuando el momento se pasaba no podían soportarlo. Conocí hace poco a un chaval en la red, que estaba haciendo sus pinitos en la música, que me decía que sus padres le regañaban porque los estudios los tenía un poco aparcados con tanta ilusión. Le dije que la ilusión no había que perderla, pero que como era tan jóven, no debía descuidar otras cosas, que tampoco debía perder el Norte.
Este año, en Agosto cumpliré 25 años de seguir en el empeño, 25 años componiendo, pisando escenarios… No terminó todo tras aquel viaje a Madrid, ni con los días de soledad del último año que viví en Albacete, ciudad en la que estuve siete años y en la que maduré mis mejores y mis peores momentos y en la que toqué fondo también. Pero dice el refrán que “no hay mal que cien años dure”. Me convertí en cenizas para resurgir de ellas, como el Ave Fénix. Pero eso os lo contaré otro día; dos niños hambrientos me esperan para salir a merendar.

miércoles, 2 de julio de 2008

XII, Viaje a Madrid de la mano de Sabina.

Después de aquella bonita vivencia en el Certamen Nnal. De Jaén, decidimos ir a Madrid. Digo decidimos, porque mi padre siempre estaba conmigo en todo esto. De hecho, como ya he dicho alguna vez, creo que muchas de las vivencias que he tenido en el mundo de la música, no habrían tenido lugar de no haber sido por la disposición que mi padre manifestaba para ayudarme.
El viaje a Madrid no fue porque sí. Tuvo lugar por Noviembre. Todo empezó porque ese verano Sabina vino a Cieza. Estaba con la gira que promocionaba su doble LP “Sabina y Viceversa”, de grandes éxitos. Parra Molina , un conocido agente de espectáculos, que por entonces traía a todos los grandes artistas, me conocía y me lo presentó durante los ensayos. Sabina nos dijo que nos esperaba en el hostal donde se alojaba, el Mesón del Moro, para charlar y tal. Así que a la hora que nos dijo, mi padre y yo nos presentamos en su habitación. Nos recibió con mucha simpatía, nos presentó a sus músicos, me firmaron el disco Paco Beneyto (batería) y Manolo Rodríguez (guitarra). Sabina nos pidió que le acompañásemos al comedor invitándonos a cenar con el. Y fue entonces, cuando nos animó a que fuésemos a Madrid; nos echaría una mano en la entrega de mi primera maqueta a las discográficas y por supuesto nos daría la oportunidad de actuar en su local, el “ELIGEME”, local que por entonces tenía compartido creo que con un tal Claudí, no recuerdo ahora si era un periodista o qué. El local estaba en el barrio de Malasaña, eso sí que lo recuerdo…Nos dio su telefono y nos insistió varias veces en que teníamos que ir, y desde luego llamarle antes. Mi padre le dijo que lo pensaríamos y así quedamos. Abandonamos el hotel borrachos de promesas e ilusiones. Vimos el concierto con mucha emoción y una vez finalizado Parra Molina nos acompañó hasta el bajo donde Sabina se refugió tras terminarlo. Allí nos despedimos de él me dedicó el disco, y nos animó una vez más a ir a Madrid.
Yo nunca había estado en Madrid, fuimos dispuestos a pasar quince días. Antes telefoneamos a Sabina, a Aute que nos advirtió que andaba muy liado con una exposició de pintura que estaba preparando y a mi paisano el pintor Pepe Lucas, que fue como una ola de aire fresco en el tiempo que compartimos con él. Ya estábamos alojados en un hostal y todavía no habíamos conseguido contactar con Sabina. Llevábamos tiempo intentándolo, pero nada. Quedamos en vernos con Aute, que hizo por estar una noche, un ratito con nosotros en el “Elígeme”. Llegar hasta aquel local era una aventura, pero si aventura era llegar, no os digo irse de allí… A las tres de la mañana, no había taxista que quisiera parar allí a recoger a nadie y marcharte de allí andando era jugártela. A pesar de los pesares, estuvimos apareciendo por allí varias noches, hasta que al fín vimos a Sabina. ¡Sabina!. No me avergüenza decir que si habló con nosotros cinco minutos, ya estoy diciendo mucho. Nos invitó a tomar lo que quisiéramos y eso fue cuanto hizo por nosotros. Seguramente alguien podría decirme “tratándose de Sabina eso es lo más normal”. Posiblemente habrá quién se lo ría todo por ser simplemente quien es. Pero a mí nunca se me ocurriría animar a hacer un viaje de tres horas a alguien ofreciéndole mi ayuda e ilusionándole, para luego dejarle en la estacada. Asimilando que todo se trataba de una jugarreta por su parte, tratamos de tomarnos las cosas de la mejor forma posible. Fuimos por nuestra cuenta con nuestra cinta bajo el brazo, como una auténtica provinciana, y a mucha honra, a algunas casas discográficas en las que dejamos una maqueta con más pena que gloria. Visitamos los estudios de Jose Luis Moreno, con quien pudimos hablar, y nos invitó a ver la grabación de uno de los programas de noche, que por entonces presentaba. El pintor Pepe Lucas nos invitó a pasar un día con él; nos llevó a “Perico Chicote” al “Café Gijón” , nos enseñó su estudio donde disfrutamos viendo pinturas maravillosas. Fui al cine a ver “La Misión”, un cine en el que aluciné con el sonido que tenía. Monté en metro, ví El Retiro…Y antes te que transcurriesen los quince días nos vinimos a casa. Yo no sentía que pintara nada allí, me sentía perdida como un pájaro en un garaje, extraña como un barco sin polizones, violenta como un niño sin cumpleaños, como diría Sabina, el mismo que viajaba en trenes que iban a ninguna parte, el mismo que por sus canciones parece tan cercano, hasta con los grupos mas marginales, el mismo que es de los mejores cantautores que ha parido este país, Sabina, el mismo que una vez me engañó a mí.